martes, 15 de abril de 2008

La canonización de Mons. Romero y la política

Publicado el 9.04.08 en el blog de Xavier Picaza

El dìa 24 de marzo, aniversario de su asesinato, publiqué una semblanzxa de Mons. Romero. En los días siguientes han aparecido diversas versiones sobre las dificultades de su proceso de "canonización". Algunos han dicho que no le canonizan por dinero, otros por cuestiones burocráticas... En realidad, no le canonizan por prudencia "política". Así me lo dijeron algunos de los que están implicados en el tema cuando estuve en El Salvador, hace cinco meses. No le canonizan por intereses de política partidista y oligárquica del Gobierno de El Salvador... y por miedo de la Iglesia jerárquica: el Vaticano no quiere herir las "susceptibilidaes" del gobierno actual del Salvador, que está en la línea de aquellos que asesinaron a Romero. Pero el pueblo ya le ha canonizado

¿Canonizarle para olvidar lo que pasó?

Me dijeron que el Gobierno actual de El Salvador y el Vaticano... estaban dispuestos a "canonizarle", siempre que se ocultara la verdad de su muerte, es decir, siempre que se echara una capa de tierra sobre los autores e intereses que estuvieron en el fondo de su asesinato. Unos y otros estaban dispuestos a canonizarle siempre que no se siguiera investigando, que no se movieran las cosas... de manera que se pudiera decir que Romero murió "por casualidad", por obra de algunos "exaltados", sin implicación de las fuerzas del Estado, de manera que los hijos de los asesinos (sin cambiar de actitud, para conservar el poder) pudieran ir a la ceremonia y se protagonistas de ella.

Se trataría de canonizar a Romero "para olvidar" (promoveatur ut amoveatur)... Ya Jesús había previsto situaciones como éstas, cuando habló de aquellos que construyen tumbas hermosas... para ocultar así que fueron ellos los que me mataron. Los mismos asesinos (los partidarios de los asesinos) de Romero acudirían a la canonizacion diciendo así que no tuvieron la culpa..., para que todo quedara igual (Mt 23)

Eso es lo que está en el fondo del tema de la canonización... Si se hace de verdad, investigando lo que hubo al fondo (y lo que sigue estando en el fondo) esa canonización iría en contra de cierta política de la Gran Iglesia, sería una condena de la oligargía gobernae de El Salvador (que fue la responsable directa del asesinato de Romero), una condena de la política exterior de USA... Se comprende que muchos en Roma sientan dificultades... ante el caso, ante la verdad... No parece que el Vaticano (por prudencia) tenga ganas de ir al fondo del problema; no parece que quiera ir en contra del gobierno actual de El Salvador. Por eso, a no ser que haya un pacto de silencio (canonizar sin ir al fondo de los temas...) no parece que habrá canonización. Y quizá mejor así, pues Romero es ya Santo, santo de los de siempre: ¡canonizado por el pueblo, como se hizo en los 1200 primeros años de la Iglesia!. En este contexto quiero añadir un caomuncado de la CEIPES, que me llega de El Salvador

Estado salvadoreño convierte caso Romero en un símbolo de impunidad

La Coordinación Ecuménica de la Iglesia de las y los Pobres de El Salvador, CEIPES, en el marco del 28 aniversario martirial de Mons. Romero y sobre la base de las recomendaciones emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el año 2000 Realizar una investigación judicial completa, imparcial y efectiva, de manera expedita, a fin de identificar, juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales de las iolaciones establecidas en el informe (00/37, referido al caso de onseñor Romero), sin prejuicio de la amnistía decretada) , denuncia:

1. El Desacato en el que se encuentra el Estado salvadoreño, al no cumplir las recomendaciones emitidas por la CIDH, habiendo pasado ya más de siete años desde el momento en que fueron emitidas. No puede permitirse ni ignorarse que un Estado desacate las resoluciones de la Comisión, ya que ello conllevaría a la destrucción de un sistema creado por los mismos Estados en aras de promover, difundir y proteger los derechos humanos del continente americano.

2. El culto público que el Estado rinde al asesino de Mons. Romero, al erigir plazas y monumentos, así como intentar nombrar hijo meritísimo, al ex mayor Roberto D’aubuisson, ejemplo y símbolo de muerte e impunidad para nuestro pueblo.

3. El desinterés y despreocupación que el Estado salvadoreño ha mostrado por asumir los estándares y obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, contradiciendo la imagen que el presidente Elías Antonio Saca desea proyectar a la comunidad internacional, quien en su discurso de inauguración del vigésimo noveno periodo extraordinario de sesiones de la Corte manifestó que el Salvador tenía “Vocación por la vigencia de los derechos humanos”. Por lo tanto, no podemos dejar pasar la actitud indolente e irrespetuosa del Estado salvadoreño frente a tales resoluciones.

4. El hermetismo en el que se dieron los diálogos entre Mons. Saenz Lacalle y el Gobierno de El Salvador, siendo éstos al margen de las recomendaciones emitidas por la CIDH.

5. La actitud arbitraria del señor Arzobispo de San Salvador, al despedir al Lic. David Morales de Tutela Legal, por ser fiel a la verdad y la justicia.

Finalmente, como Iglesias hacemos un llamado a la población en general a ejercer su derecho a la verdad y la justicia, buscando la información pertinente referida al caso, así como exigir la responsabilidad del Estado salvadoreño en el cumplimiento de las recomendaciones emitidas por la CIDH; y la exigencia permanente a la jerarquía católica a no permitir la complicidad en la impunidad que actualmente impera en nuestra tierra.

No hay comentarios: